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La diferencia entre reconocimiento y halago

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La diferencia entre reconocimiento y halago

Es común que en el ámbito laboral, en la familia o en las relaciones interpersonales se utilicen palabras como reconocimiento y halago indistintamente, sin embargo, es importante conocer la diferencia entre ambos términos y cómo su uso puede influir en nuestra motivación y desarrollo personal.

El reconocimiento es una afirmación objetiva de la realidad. Se trata de una evaluación honesta hacia el comportamiento de una persona, que sugiere la aprobación o desaprobación de una acción específica. Por ejemplo, si has hecho un trabajo excelente en la oficina, tu jefe puede reconocer tu esfuerzo diciendo: "Excelente trabajo. Realmente has trabajado duro en este proyecto".

El reconocimiento es valioso porque se basa en la verdad. La persona que lo recibe sabe que es una evaluación honesta, con fundamento real y no una simple cortesía. La objetividad del reconocimiento tiene un impacto muy positivo en nuestra autoestima, nos da la seguridad de que podemos confiar en nuestras habilidades y en el juicio de quienes nos rodean.

Por otro lado, el halago es una opinión subjetiva sobre una persona, cosa o situación. A diferencia del reconocimiento que se basa en un hecho, el halago se basa en las emociones o sentimientos de quienes lo emiten. Por ejemplo, si tu amigo te dice: "Eres el mejor cantante del mundo", eso es un halago.

Los halagos son agradables de escuchar, pero son menos efectivos como motivación sostenible. Además, pueden llevar a la persona a una visión distorsionada de sí misma y de su desempeño. Si nos acostumbramos a recibir halagos constantemente, podemos llegar a creer que somos mejores de lo que realmente somos, o peor aún, que somos tan buenos como para no tener que mejorar en nada.

En conclusión, la principal diferencia entre el reconocimiento y el halago radica en la objetividad y subjetividad, respectivamente. El reconocimiento es una evaluación fundamentada en los hechos y es valioso porque tiene un impacto muy positivo en nuestra autoestima, mientras que el halago puede ser agradable de escuchar pero puede llevar a una visión distorsionada de nosotros mismos.

Es importante tener en cuenta que ambas formas de retroalimentación son necesarias en cierta medida. Un exceso de reconocimiento podría convertirse en elogio vacío, mientras que la falta de halagos podría hacer que alguien se sienta ignorado o poco valorado. Por lo tanto, para un equilibrio saludable en la retroalimentación, se puede optar por el reconocimiento para valorar el trabajo bien hecho y el halago para destacar cualidades valorables, pero siempre manteniendo un equilibrio.

En el ámbito laboral, por ejemplo, el reconocimiento puede ser una de las formas más efectivas de motivación. Un estudio de la consultora McKinsey en 2019 reveló que el 67% de los trabajadores encuestados afirmaron que el reconocimiento de sus superiores era una forma efectiva de motivación (1). Sin embargo, el reconocimiento debe ser constante y no limitarse a una sola vez, ya que la motivación tiende a desvanecerse con el tiempo.

A diferencia del reconocimiento, que tiene una base sólida de hechos, el halago no tiene una base de hechos tangibles. Al ser subjetivo, no se puede controlar el halago. Puede aparecer o no, dependiendo de la percepción de quien lo profiere en un momento específico y a menudo no se repete con la misma frecuencia que el reconocimiento. Además, el exceso de halagos puede llevar a una confianza excesiva y, por lo tanto, a una disminución del desempeño y la motivación personal.

En este sentido, es esencial reconocer la diferencia entre las dos formas de feedback para utilizarlas de manera efectiva y fomentar un desarrollo personal saludable y motivador.

En conclusión, el reconocimiento y el halago son dos formas diferentes de feedback que pueden tener un impacto muy diferente en nuestra motivación y desarrollo personal. El reconocimiento es una evaluación objetiva basada en la realidad, mientras que el halago es una opinión subjetiva basada en las emociones. Ambas son necesarias en cierta medida, pero se debe tener cuidado con el exceso de halagos y la falta de reconocimiento. Siempre es mejor trabajar con una evaluación objetiva que nos permita mejorar nuestro desempeño y nuestra autoestima de manera constante.

(1) https://www.mckinsey.com/business-functions/organization/our-insights/the-organization-blog/why-employee-recognition-matters-and-what-you-can-do-about-it